En el marco de la Caravana Latinoamericana por la Ecología Integral en Tiempos Extractivistas – España, 3 de abril 2022
“La ley de Moisés nos manda apedrear… pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo “ (San Juan).
Hermanos y hermanas, la cuaresma nos conduce al misterio más importante de nuestra fe cristiana. La Pascua de Jesús nos impulsa siempre hacia una nueva creación. En cada época con sus distintas culturas reconocemos muchas cosas buenas y también nuestros pecados. Por esto, somos llamados a mirar la Palabra creadora de Dios. Palabra que se hizo carne en Jesucristo. Él es la humanidad nueva que nos muestra caminos de Buen Vivir para cada tiempo.
Escuchamos en este domingo el Evangelio de la mujer sorprendida en adulterio. Los escribas y los fariseos cuando la trajeron a Jesús ya sabían cuál era la sentencia. Ella debía ser apedreada. Pero, en este momento nuestro buen pastor empezó a escribir en el suelo. Qué cosa escribía Él? La nueva ley del amor que perdona de manera abundante.
Nuestro Dios es así: mira siempre el corazón humano con sus potencialidades y heridas. No nos juzga con formalidades legales. De algún modo cada uno de nosotros somos esta pecadora y nuestro Dios es quien escribe cosas nuevas en el suelo de nuestra historia.
Esta página de la sagrada escritura nos hace pensar también en los numerosos dramas por los cuales pasa nuestra sociedad y nuestra cultura contemporánea. Pensamos en las guerras, la pandemia del Covid y las numerosas heridas que cada uno lleva en su corazón.
Sin embargo, les invito a pensar en la crisis socio ambiental mundial, como nos dice el Papa Francisco en Laudato Sí.
Yo estoy acá con una Caravana por la Ecología Integral en tiempos de extractivismos. Venimos de Colombia, Ecuador, Honduras y Brasil. En estos últimos días estuvimos en Alemania, Bélgica, Itália y Austria. Hablamos con entidades civiles y eclesiales. Como una Iglesia que ya salió, mostramos los gritos de la tierra y de nuestros pueblos Latino-americanos. Crímenes como los que ocurrieron en Brumadinho y Mariana, violaciones por los mega proyectos mineros como ocurre en Putumayo, Piquiá de Baixo son realidades que muestran la urgente tarea que tenemos de escribir una nueva ley en el suelo de nuestra vida. Una narrativa que no puede continuar siendo esta del capitalismo neoliberal exteactivista, que pone el lucro encima de la vida.
Por eso, creemos que no lograremos un futuro feliz para la humanidad mientras vivamos en medio a tanta injusticia social. En muchas realidades no tenemos soluciones inmediatas, pero Jesús nos llama a escribir juntos nuevas leyes inspiradas en el amor.
Por ejemplo, tenemos que luchar para que la Ley de Debida Diligencia no proteja solamente las grandes multinacionales sin reconocer la soberanía de nuestras comunidades locales. Que los tratados vinculantes consideren todas las cadenas productivas y sus efectos, incluyendo las violaciones a derechos humanos, que van en contra de la vida y el amor. Proponemos un camino de desinversión en minería, empezando desde dentro de nuestra Iglesia. No podemos ser cómplices de proyectos que matan la vida de tanta gente (como las 272 personas que fueron muertas por la empresa Vale en Brumadinho) y la naturaleza. No es posible vivir una vida feliz sin que haya justicia para tanta gente descartada y sin el cuidado de nuestra casa común. Para esto es urgente una vida mas sencilla.
Pero, el evangelio de hoy, también nos cuenta que Jesús encuentra a una mujer incomprendida, rechazada y juzgada por su sociedad de manera inmisericorde . Una mujer que al igual que María, la madre de Jesús, nos convoca a escribir la historia de una manera diferente. En este mismo momento, miles de mujeres que resisten a la mano minería, a la pobreza, a la marginación y a las violencias de un sistema económico que nos mata, nos enseñan a escribir la historia de una manera distinta. Que nuestra madre María, en la invocación de nuestra virgen de Atocha, nos ayude a escribir en el suelo martirizado de nuestros .
Ahora, queremos hacer con ustedes un pacto, una alianza, un compromiso. De trabajar a favor de las comunidades que resisten a los impactos negativos de la minería. Por esto, les entregamos a ustedes el anillo de Tucúm. Un anillo elaborado con la cáscara de coco. Un anillo que es símbolo de la unidad en las luchas delis pueblos de América Latina.
“Los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares” (Sl 125).
