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25 Noviembre: tiempos de despojos para las mujeres, pero tiempos de unidad, movilización y esperanza

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La sra. María se despertó a las 4am, con el ruido de las máquinas que querían derribar su casa, porque la empresa y el estado, declararon a su terreno como servidumbre minera. La estaban desalojando, despojando, quitándole todo, porque la empresa quería su tierra. El alcalde llegó y le dijo, que eso es lo que merece, porque no haber querido ser su mujer, y que él ahora no puede hacer nada. La Sra. María llora de indignación y rabia..

Sonia, no deja que sus hijas adolescentes salgan de su casa en su pequeña comunidad, en plena amazonia peruana. Siente miedo. “Hemos visto tantas cosas, violaciones, abusos, niñas que se van con hombres mayores a las ciudades, porque les convencen” su comunidad es “anfitriona” desde hace años de las empresas extractivas. El consumo excesivo de licor y la trata de mujeres es una constante en este lugar, como en muchos otros, donde llegan las empresas.

Viviana, no sale ni a la esquina, su marido le ha prohibido, ella, quiere vender comida en su vereda para generar algunos “sencillos” para el gasto diario de su familia.

Flor, ve a sus hijos llenos de ronchas y manchas en la piel. El derrame tóxico que originó la empresa minera, el agua contaminada les ha quitado la alimentación y la salud. Ella no puede hacerse exámenes médicos, porque no existe ese servicio en su pueblo, a pesar, de que de este mismo pueblo, sacan ganancias millonarias.  Siente fuertes dolores en su vientre. Su cuerpo sangra, como sangra su río.

En los contextos extractivistas, las violencias contra las mujeres se exacerban, unida a las violencias, sexuales, psicológicas, físicas, económicas, se violentan sus territorios, su derecho a vivir en ambientes sanos, a vivir sus expresiones culturales y espirituales, a alimentarse adecuadamente.

Las mujeres de Brasil, del colectivo de víctimas de la empresa criminal y multimillonaria Vale, está exigiendo, justicia y reparación. “Mujeres de la clase trabajadora organizada logran transformar el odio, la rabia, y toda la desgracia que es este proyecto del capital en una estrategia de lucha, aquí estamos hoy, con muchos sentimientos mezclados, sentimientos de rebelión, sentimientos de odio y sentimientos de indignación, sentimientos de llanto y de tristeza, pero sobre todo compañeras, una vez más demostramos la grandeza de la lucha de las mujeres. Hemos logrado demostrar que solo es posible construir otra vida, si enfrentamos el capital, solo es posible construir una reforma agraria, si nos enfrentamos al poder de una empresa como la Vale, y solo es posible construir una vida, de igualdad entre hombres y mujeres, si enfrentamos luchas de enfrentamiento directo al capital.”

Este día, también conmemoramos, a nuestras compañeras, que  han sido ya víctimas de asesinatos, por ser mujeres, por ser defensoras de su territorio, su recuerdo y su fuerza, vive con nosotras.

Gimena, Lorena, Doris, Zarela, María son jóvenes indígenas que han venido desde lejos, muchas han tenido que pelear con sus padres, porque no consideraban que era una buena inversión apoyar el estudio de sus hijas.  Ellas están cambiando el mundo, a punta de desvelos, de sueños para ellas y sus madres, abuelas y hermanas. “Madre Tierra, siempre me has protegido, de los males y de lo que ha surgido, siénteme, que ahora vengo contigo, con la fuerza que tú me has transmitido” cantan, sosteniéndose, de una con la otra, en tiempos violentos para las mujeres, en tiempos extractivistas para las mujeres, en tiempos de despojos.

Pero son tiempos donde sus voces, su trabajo en la tierra, sembrando, cosechando, haciendo arte, criando a los hijos, en tiempos donde su esperanza  y su trabajo diario construye cambios para las que vienen.

25 de Noviembre, Día Internacional para la Eliminación de las Violencias contra las Mujeres.

No estamos solas, estamos todas.

“Nosotras las mujeres clamamos por justicia, no vamos a olvidar nunca: la minería mata. Al ejemplo de María, las mujeres son un símbolo de cuidado, sabiduría y coraje, delante de todo lo que observamos, vivimos y soñamos, es predominante el protagonismo femenino tanto en las acciones pastorales y sociales como en las luchas y resistencia en la minería.”

Bruna Monalisa – Brasil

 

 

 

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